Al grito de 焼き芋 (YaaakiiimoooOooooo) o en criollo batatAaaaaAa o boniato segun la region, el camión de batata es lo más parecido a la infancia que nunca tuve en estados unidos corriendo al camión de helado.
Cuando el camión de batata aparece, bueno, no se si la gente realmente se emociona, pero algo adentro mío se pone muy feliz, es que, muy distinto a nuestras costumbres, comer batata en invierno es como una mantita calentita en el corazón.
Es tan común comer batata que en los combinis y los supermercados suelen tenerlas afuera en bolsitas, sobre piedras calientes para que mantengan la temperatura, el precio suele variar entre 100 y 200 yenes según el lugar.
La batata como es de esperarse es super tierna, dulce, calentita y de deshace en la boca.
Cuando el camion de batata aparece en general en invierno, siempre hay fila, y los suelen atender viejitos, hay algo poetico, hermoso y medio salido de una peli de makoto shinkai en todo lo que estoy contando.
No tengo mucho más para decir, pero es una de esas cosas bien japonesas que si tienen la oportunidad de comer no deberían dejar pasar.
Para festejar este post les dejo un Erik de la suerte en el 2019, comiendo batata y tomando fernet abajo de un sakura, no hay remate.